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…“Especialmente no finjas afectos.
Tampoco seas cínico respecto al amor,
porque frente a toda aridez y desencanto,
el amor es tan perenne como la hierba.”
(Desiderata, Max Ehrmann)

Los psicoterapeutas atendemos a muchas personas cuyos problemas giran en torno al amorAl amor en todas sus formas posibles, en su vasta complejidad de mundos y relaciones. La sociedad actual parece un mal tiempo para el amor. Uno de los sociólogos que mejor la definió es Zygmunt Bauman cuyo libro “Amor líquido” (un retrato extraordinariamente preciso del amor en la era digital) describe a personas que quieren estar en el “mercado de las relaciones” y a la vez “amar profundamente a alguien”. Sin compromiso. Conexión sin profundizar, veloz y superficial. Una contradicción imposible de lograr. Puedes ver más en el artículo de Wikipedia sobre el amor líquido.

En el amor de pareja, cada pareja establece su propia relación, y cada miembro aporta su carácter y su visión del mundo a la relación. Hay parejas que prefieren una convivencia muy estrecha, otras se deciden por vivir la vida juntos pero manteniendo cada uno su propio espacio («living apart together»). Unas mantienen amistades y hobbies privativos de cada cual; otras lo comparten todo…Pero aún con todas las diferencias individuales sí hay una forma sana y buena de amar, sí existe el buen amor. Lo más característico del buen amor es que te permite ser exactamente como eres y permite que el otro sea exactamente como es. Las concesiones que se hacen promueven el crecimiento de ambos, no sólo te ayudan a ser más tu mismo, sino que también te ayudan a ser más el otro, a externalizarnos, a salir de nosotros mismos, pero sin perder ni un ápice de nuestra esencia. Nos abrimos al otro para trascender nosotros mismos y alcanzar así auténtica intimidad.

Nos despedimos de muchas de las idealizaciones que nos forjamos en torno al amor, para entrar de lleno en una realidad que puede superar lo soñado, pero que conlleva una entrega real. Ninguna relación de pareja puede hacerte feliz, pero un buen amor vivido en pareja te dará mucha felicidad. En el buen amor hay aceptación del otro, genuino deseo de que el otro esté bien, confianza y respeto.

El buen amor

Un buen amor implica mucho acerca del trabajo de cada uno en su propio proceso de madurez , abandono de patrones rígidos y capacidad de abrirse y comprometerse. Uno ha de ser feliz por uno mismo para ser feliz con otro. La pareja es una buena ayuda para sobrellevar la vida, pero no es una relación de ayuda. Es más que la suma de dos individuos puesto que ambos han de ser capaces de servir a la pareja, de nutrirla y fortalecerla. Servir nosotros a la pareja y no al revés. Como bien expresa Joan Garriga: «La imagen interna de muchas personas es más la de tener pareja que la de ser pareja». Se tiene más la idea de la pareja como llenar un vacío o disponer de un recurso, que como el trabajo individual y conjunto, continuado y sostenido de fortalecer ese vínculo.
El buen amor supera las luchas de poder: el poder de cada uno radica en estar bien asentado e integrado en su realidad y en una pareja sana el poder de uno invita al poder del otro. Se dejan atrás actitudes defensivas y susceptibilidades del orgullo. Se dejan atrás. Se culmina un proceso de sentirse aliados y cómplices.

Con todas las zozobras y discusiones que nos puede provocar un buen amor, lo que finalmente conseguimos transmitirle al otro es cuánto nos gusta , creando juntos un espacio común de risas, abrazos y conversaciones en el que sentirnos protegidos y cuidados, libres y espontáneos; un buen amor nos hace sentir que hemos llegado a casa. Y nos lo hace sentir intensamente.